Antes de venir a estudiar a otro país me encontraba con los nervios de punta. Esto me sucedió semanas previas a mi viaje y el día en el que por fin empezaba mi trayecto fue incluso más intenso este sentimiento pues las expectativas eran enormes y mi sueño estaba a punto de cumplirse. Todos Sabemos que viajar es verdaderamente emocionante, sin embargo, viajar para quedarse a vivir por un periodo de tiempo largo nunca es una decisión fácil de tomar. La primera impresión de un lugar, situación o momento siempre se nos quedará marcada, y mi primer vistazo a Montpellier y a la escuela de francés fue realmente mágico ya que me recibieron de la mejor forma posible y me sentí acogido desde el primer momento.
Sentimientos previos al viaje
Desde que me preparé para empezar mi viaje y dar inicio a mi curso de francés en un país tan diferente al mío como lo es Francia, estuve acompañado con mi familia anfitriona, esta se comunicó conmigo y me hizo sentir bienvenido en un lugar tan lejos al que iba a viajar. Me encuentro en una casa de familia compartiendo el hogar con excelentes personas, incluso tengo roomies de otros países que me recibieron con las manos abiertas y me acogieron cuando llegué. El hogar es bastante cómodo, y las opciones que me ofrecieron se ajustaban bastante a mis comodidades pues tuve la opción de tomar media pensión, sólo desayuno o ninguna comida. También antes de venir tuve la opción de tomar cursos de francés online e incluso cursos de verano, aunque mi decisión siempre fue tener una estancia lingüística en Francia. El sentimiento al entrar a un nuevo lugar que se convertiría en mi hogar fue extraño y me llenaba de nervios. Sin embargo, estaba cómodo y relajado al saber que mi familia anfitriona e ILA estaban para mí para ayudarme en lo que necesitara pues siempre me recalcaron que me aconsejarían en todo lo posible. No hay opción de repetir la primera impresión pero la mía fue la mejor.
Primer vistazo a la ciudad y al instituto
En cuanto a mi primera impresión con Montpellier y la ciudad tan llena de cultura, sentí que entraba a un nuevo mundo el cual nunca imaginé conocer y me sentía bastante emocionado de poder cumplir mis sueños y metas, de poder viajar, y de tener una gran inmersión de Francés en una ciudad tan linda como Montpellier.
Desde el primer día estuve rodeado de nuevas personas y compañeros de clase que me compartían su cultura llena de historias y relatos que hacían que yo aprendiera muchísimo más de los otros países. Así fue como me sentí y continúo sintiéndome cómodo en la escuela de Francés ILA pues estoy en mi gran estancia de inmersión con el idioma y también aprendo nuevas ideas y culturas que nunca antes había conocido. Estoy con compañeros de clase que tienen mi edad y comparten gustos conmigo, con ellos paso la mayor parte de mi tiempo y se convirtieron en buenos amigos en muy poco tiempo. Igualmente, comparto clases con chicos y chicas de edades diferentes que me ayudan a desenvolverme mejor con el idioma ya que todos compartimos el mismo objetivo: aprender Francés, cada cual con su propósito diferente después de cumplir el primer objetivo pero este factor común genera una cercanía entre todos los compañeros de clase y me hace sentir incluso más cómodo.
Primera impresión con los idiomas
Como extranjero en una ciudad tan diferente a la mía sentí que tuve un muy buen inicio de clases y una perfecta primera impresión de mi hogar y del instituto en el que estaré la mayor parte de mis días. Los idiomas no se quedaron atrás en mi primer vistazo e inmersión acá en Montpellier y cuando digo idiomas no solo me refiero a mi idioma natal y el francés, sino que también estuve rodeado de nuevos idiomas que incluso no sabía que existían. Desde el primer día pude comunicarme con mis compañeros en inglés ya que siempre fueron muy amables y cordiales de buscar la manera de entendernos. Los profesores igualmente son bastante capacitados y encuentran la forma de que uno entienda cada clase especialmente en francés pues este es nuestro principal objetivo. Sin embargo, también estuve escuchando amigos hablar italiano, portugués, checo, alemán e incluso alemán con acento suizo y claramente español lo cual me sorprendió en cuanto a la cantidad de idiomas y culturas que se encontraban presentes en un mismo lugar. Cada día aprendo algo nuevo, no solo de francés, sino también de las cotidianeidades de las personas de otra parte del mundo y su forma de convivir con los demás.
Hoy acaba mi primer mes en Montpellier, aprendí bastante y tuve experiencias geniales alrededor de nuevas personas que considero nuevos amigos, la inmersión no es solo del idioma, también es de conocer nuevas personas que te enseñan incluso más de lo que crees. A pesar de que venía con expectativas muy neutras, la ciudad logró impresionarme y mi primer vistazo a Montpellier fue una experiencia única.